25/5/09

Perdí mi vida, apostándola en una partida de cartas, no me arrepentiré de mis actos que ahora me cuestan el resto de mis días en una intemperie desolada e inhóspita, que se cubre con es manta, solo grito en un silencio crepuscular, que crece sin medida en un horizonte que desgarra con su frió las cuerdas vocales, incomparable como este trago de lejía que me costara la vida, pero que mas puedo pedir si ir al infierno es mejor que esto, las llamas me quemaran, pero ahora el silencio y el eco de mi propia voz me taladra y me martillea mi cerebro, cada gota de sangre que derramo me perfora las manos con las cuales intento escarbar mi tumba, soy el iluminado de las sombras que ahora en fantasmasl terrenales me sorben el alma tras las fronteras que nos separan.

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