Cierras los ojos y ves oscuridad, un inmenso mar turbulento de sombras en decadencia, fantasmas de un pasado que por suerte hoy queda lejano, pero por millones de millas que nos separen siempre lo tendré en mi mente, siempre vomitaré al despertarme con los mismos recuerdos, siempre sentiré ese cuchillo como se clava en mis entrañas desgarrando mi corazón congelado, como tus palabras en su día me mataron desangrado, pero por desgracia sigo aquí, volviendonos a ver, volviendo a pensar en vos y todo lo que conlleva...

Cuatro botellas de vino duermen en mi cama deshecha, fundida en el calor del infierno, carcomida por la razón. Despierto una y otra vez apoyado en la taza del retrete, mi mundo se hunde sin poder detenerle, creo en la verdad, verdad que nadie verá jamás, sueño con días donde todo sea un sueño, preguntas sin respuesta sin ser retóricas, respuestas disparadas desde armas automáticas, quiero dormir y pensar que esto es una pesadilla así despertar y vivir la vida...

Escucha la sonata que compone para ti el viento en los árboles, el curso tranquilo del río y el leve cantar de los gorriones, escuchalo mientras guardas reposo en esta verde y pacífica pradera, donde las pesadillas no pueden llegar, donde esos monstruos que demoran debajo de tu cama se pierdan en la inmensidad de este bello paraje...

Cuentos que nos cuentas de pequeño y que nos afectará en un futuro permanente, deja de contarme historias de conejos saltarines y de princesas que renacen con un beso , quiero que me cuentes cuentos de verdad, de alguna anecdota de tus mal de amores, de todo el dolor que sufriste en tu día, de la sangre que un amanecer no apreciabas, jodete maldito Sol, no quiero verte, no quiero seguir con esta rutina, me desangrare, esperare a que tu luz se vuelva noche perpetua...

Vomitas pensamientos inútiles, sueños efímeros y demás alucinaciones que se desvanecen delante de tus ojos marchitos, llenos de lágrimas y de vino que hace de este mundo un poco má incómodo para vivir... A veces me pregunto si es aquí donde mi vida tendrá su final... Ignoro la respuesta pués ésta me hace retorcerme de dolor agonozante que únicamente puede curar y sofocar un buen vaso de ginebra, calor inmundo que incinera mi garganta y quema los malos recuerdos y las pesadillas...

Te miro una y otra vez a los ojos y veo en mi interior el amor que jamás te dije, ahora marchas a otro mundo, lejos de mí, te vas sin decir adiós, te vas sin decir a donde vas, te vas...
Corro acompañado por el viento hacia la cima de una montaña para apreciar las velas de tu barco en la lejania como una nube más, en un segundo miles de recuerdos se clavan en mi memoria, puñales que atraviesan mi corazón y hace que una tormenta llore sobre vos...


Ya lejos te veo, amor mio, lejos en la muerte del Sol, caminas hacia un lugar desconocido en un inmenso océano de olvido...